El pueblo de Urruña tiene la suerte de extenderse hasta la Corniche Basque y de llegar hasta las estribaciones pirenaicas. Esta localidad ha sabido conservar sus tradiciones y su patrimonio arquitectónico, además de ofrecer multitud de actividades al aire libre.
Los imprescindibles
Ezinbestekoak
Agenda
Animazioak
La historia de Urruña
Istorioa
El municipio de Urruña se extiende a lo largo y ancho de 5.000 hectáreas, aunque antaño fue incluso más extenso, ya que abarcaba también a las localidades de Hendaia, Ziburu y Biriatu.
En cuanto a su ubicación geográfica, esta localidad se encuentra en mitad de la ruta más corta entre París y Madrid, es decir, a 13 días en carromato de la capital francesa. La antigua casa de postas, en la actualidad Oficina de Turismo, sirvió desde 1584 para la toma y cambio de caballerías, es decir, como un establecimiento con el que proveer el suministro de caballos necesario para realizar los viajes.
Debido a su proximidad con España, Urruña ha sufrido históricamente los estragos de las distintas guerras que enfrentaron a ambos países, hasta que el 7 de noviembre de 1659 Luis XIV de Francia y Felipe IV de España firmaron el Tratado de los Pirineos, en la Isla de los Faisanes.
A pesar de esa entente, las guerras napoleónicas hicieron mella en el paisaje de esta localidad labortana. Aún hoy en día es posible encontrar vestigios de aquellos enfrentamientos bélicos en las colinas cercanas al puerto de Ibardin.
Existe en Urruña un edificio que ha resistido al paso de los siglos, también de las guerras, y que si sus paredes hablasen podría contar la historia de esta localidad. Hablamos del castillo de Urtubia, construido en 1341. Por sus salones han pasado todo tipo de personalidades: desde el rey Luis XI en 1463 hasta el duque de Wellington durante las guerras napoleónicas.
También el escudo del pueblo recuerda el pasado histórico de Urruña, ya que el león es el distintivo de los antiguos vizcondes de Lapurdi y la flor de lis recuerda la anexión del pueblo en 1451 por el rey Carlos VII.
En la actualidad, Urruña es una pequeña localidad rodeada de hermosos parajes naturales que ha sabido conservar su identidad y sus tradiciones. Una estancia en este pueblo le servirá para descubrir la idiosincrasia del País Vasco.
Un pueblo típicamente vasco
El pueblo de Urruña está organizado de forma tradicional y reúne en su casco antiguo los 3 elementos que caracterizan a todo pueblo típicamente vasco: la iglesia, el frontón y el ayuntamiento.
La iglesia de Saint-Vincent
Ya en el siglo X existía un lugar de culto en Urruña, pero fue destruido en el transcurso de las invasiones españolas del siglo XVI. La iglesia actual fue reconstruida en 1550 al estilo renacentista, influenciada por la cultura arquitectónica guipuzcoana (provincia vasca del sur de los Pirineos).
Así, la iglesia actual tiene un aspecto imponente y defensivo, entre otros motivos, por las troneras que destacan en lo alto de los contrafuertes.
El campanario, con su porche, se eleva hasta los 45 metros de altura y tiene en su fachada un cuadrante solar con el siguiente grabado en latín: “Vulnerant omnes, ultima necat”, que traducido al castellano podría ser “Cada hora duele, la última mata”.
El interior de la iglesia es típicamente vasco con sus tres galerías con diferentes alturas a las que, por tradición, solamente los hombres podían subir.
La iglesia está catalogada como Monumento Histórico desde 1925.
A lo largo de los años la iglesia ha sido objeto de diversas modificaciones; la última fue la instalación de un nuevo órgano en 2009. El antiguo órgano Merklin de 1864 fue trasladado a la iglesia parroquial de Saint-Jacques-le-Majeur en Pausu y sustituido por un instrumento más grande diseñado para la ocasión por el maestro organero Jean Daldosso en Gimont, en el departamento de Gers.
Se trata de un órgano que ha sido dividido en cuatro teclados y otros tantos pedaleros, a fin de formar 5 conjuntos homogéneos y complementarios.
Este órgano de 9 toneladas dispone de 3000 tubos y permite al músico grabar sus composiciones en una llave USB.
JJesús y Françoise Martin Moro, organistas de San Juan de Luz, localidad que pertenece a la misma parroquia que Urruña, dirigieron el proyecto de construcción del nuevo órgano y han sabido mantener viva la pasión por este instrumento a través de una escuela y un festival de órgano. Cada año, el festival Festiorgue acoge a músicos de renombre internacional y hace que la música clásica sea más accesible al público en general, gracias a unos precios asequibles.
Las visitas al órgano de la iglesia de Urruña se realizan en verano y en días señalados.
El ayuntamiento y las preciosas casas de estilo labortano
En el País Vasco, en general, y en Urruña, en particular, podrá descubrir y disfrutar de la arquitectura típicamente vasca con sus casas tradicionales, llamadas “etxe” en euskera.
Una de las más emblemáticas de Urruña es la Herriko Etxea: el ayuntamiento. Construida en medio de la plaza principal a mediados del siglo XVII, su arquitectura es típicamente labortana. La gran sala de la primera planta fue expresamente diseñada para reuniones y ceremonias, y es también el lugar en el que se celebra anualmente el tradicional baile de Bixintxo. En la actualidad, la sala acoge los plenos municipales, además de ser el salón de bodas.
En cuanto a la planta baja (actual registro civil), durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizada como escuela municipal, entre otras.
El frontón: “pilota plaza”
Inicialmente no era más que un muro de piedra. Posteriormente, fue elevado y reconvertido en frontón.
El gran frontón de Urruña fue construido entre los años 1848 y 1850. Su inauguración tuvo lugar el 18 de septiembre de 1851 en presencia de 10.000 personas y fue motivo de tres días de fiesta y celebración. Más tarde, se construyó un segundo frontón frente al primero a fin de poder jugar al rebote, una especialidad que se juega en equipos de 5 jugadores. Este frontón ha albergado partidos memorables, como la famosa final del campeonato de Francia de 1930.
Campeones de pelota
Los grandes pilotaris (jugadores de pelota vasca), de Urruña :
- La familia Dongaitz ha dejado su impronta en la historia de la pelota vasca: Jean Dongaitz, campeón de pelota mano en el siglo XIX, y sus hijos Joseph (de 1895 a 1914), Jean-Baptiste (de 1897 a 1925) y Léon (de 1902 a 1940), que también ganaron numerosos campeonatos.
- Halsouet, conocido como "Ezkerra" (el zurdo) y Larre, conocido como "Txiki" (el pequeño), se ganaron un lugar destacado en la historia de la pelota e incluso están representados en el escudo (obra del escultor Puiforcat) que adorna el frontón de Urruña.
- François Zugasti y, más recientemente, los campeones Paul Zugasti, Jean-Philippe Bideondo y Patrick de Ezcurra se han sumado a la larga lista de campeones locales.
- Actualmente, Pascal de Ezcurra está a la cabeza del campeonato individual de trinquete.
Urruña tiene el honor de haber aportado al mundo de la pelota vasca un importante número de pelotaris de renombre a lo largo de este último siglo.
En verano, todos los martes por la tarde, se organizan partidos de pelota vasca en el frontón.
El Castillo de Urtubia
Ibardin: sus ventas y sus rutas de senderismo
Situado en la frontera franco-española, el puerto de Ibardin separa Francia de la comunidad foral de Navarra, en España. Este paso fronterizo se encuentra a 300 metros de altitud y es de fácil acceso desde la carretera del barrio de Olheta, en Urruña.
La primera venta o establecimiento transfronterizo se instaló en Ibardin en 1956 y vendía únicamente productos de alimentación, tabaco, cuero y bebidas alcohólicas. En la actualidad, el puerto alberga muchas más ventas en las que se vende ropa, productos locales y hasta perfumes. También es un buen lugar para comer un menú del día.
Uno de los puntos fuertes del puerto de Ibardin son sus vistas. Accesible en coche, desde lo alto del puerto podrá disfrutar de unas magníficas vistas sobre el litoral vasco. Con un poco de suerte es posible que se encuentra con las pottokas, pequeños caballos autóctonos que suelen pastar por estos lares.